09 julio 2009

Y sigue aquí

... porque no es cosa de un día. No es hoy la primera vez que se encuentra así. Es verdad, nunca antes quiso encerrarse tanto en su soledad, pero sí llegó a sentir cómo quema a veces el calor humano. No lo quería. Nunca le gustó. Jamás creyó necesitarlo.
Pero a pesar de luchar con armas graduadas contra un fantasma opaco, sentía que era a ella a la que se le restaban las líneas de vida. Como en esos juegos a los que se había enganchado últimamente. Como ese mundo virtual en el que se movía: el mundo que se vislumbraba cada noche, el que la rozaba cada amanecer.
No quería una realidad; quizás era mejor estar así, obviando sentimientos, sintiendo a ratos, a ratos olvidando. Porque no añoraba a nadie. Ojalá echara de menos a una persona, ojalá extrañara unos labios... pero no era así. No esperaba a una persona en concreto, o al menos no como otras veces.
Porque ahora a quien esperaba era a su "alter ego". A aquella persona que había antes, a ese "yo" que se le había olvidado, a esa forma de vivir que la había abandonado para dejarle entre la bruma de la extensa noche. No era ella. No podía retornar a la sensatez que antes intentó autoinculcarse.
Por todo esto, dedicó un guiño a quien acababa de llegar para ofrecerle aquello que antes buscaba y creía perdido. Porque en realidad, ya no quería ser así, ya no añoraba aquellas cosas, ya sólo quería avanzar... y por fin ahora se había abierto una puerta; enorme, segura, tranquila y, sobre todo, coherente.





" Necesito respirar, descubrir el aire fresco "
Medina Azahara