26 agosto 2009

Turn, turn, turn

Regresó a la caja de cerillas con una maleta enorme que casi no entraba por la puerta.
Amoldó cual plastilina los muebles, las calles, los soles... Porque había muchos soles, uno para cada momento.
Arrasó el supermercado, pero ni una de las cosas que de verdad quería se podía pagar con la tarjeta de débito.
Se sentó. Se levantó. Abrió la ventana. Cerró la puerta. Pero así no había corriente. Es que hoy el viento venía de Levante. Mañana habrá más suerte.
Y a lo mejor no piensa en ti, ni en ti, ni en ti. Quizá piensa en ti. Tal vez piensa en ella. Probablemente esté pensando de más.



"Sin preocuparte nunca si a ti misma te duele"
Fran Fernández