25 noviembre 2008

... y sigo recordándote

Miro el reloj. Y los estáticos números me dicen que no ha pasado ni una hora.

Y sigo recordándote...

Tus manos en mi cabeza, tu aliento en mi cuello.

Y sigo recordándote...

El tenue brillo de tus ojos frente al deslumbramiento de los míos.

Y sigo recordándote...

El latido de tu corazón acompasado con el mío mientras leo en tu mirada que quieres ocultarlo.

Y sigo recordándote...

Porque mientras esas manos y esos ojos continúen hablando por ti, seguiré recordándote, haciendo caso omiso de tus palabras.

1 comentario:

Desertsurfer dijo...

Me encanta! Lo mejor que has escrito es a partir de las 6 de la mañana ;)

A mi es a esas horas cuando me salen las palabras do verdad, con mayusculas!