Y si diferenciamos estados del ser, ¿por qué no diferenciar también situaciones cotidianas?
Me explico. Quizá no debemos preocuparnos tanto por la felicidad eterna y sí hacerlo por saborear una cerveza dándole una calada al cigarro que acompaña una buena conversación. He dicho.
" y ahora da lo mismo reirse de todo que llorar por nada"
Quique González
09 diciembre 2008
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1 comentario:
ya no recuerdo el sabor de la cerveza...
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