26 diciembre 2008

Ya no quiero gambas

Hace un ratito me paré a pensar. Seguramente para dejar de prestar atención a los folios de delante. Veintiséis de diciembre. Y he sido consciente: no he visto la Navidad este año.

He visto luces, he visto tiendas de regalos que no dan a basto, he visto familias que pasean juntas como probablemente no hagan ningún otro día del año, pero este año no he visto la Navidad.

He comido gambas en la soledad de una mesa (mucho más pequeña que la de todos los años) porque en algo se tenía que notar la fecha que es, pero no he visto la Navidad.

He comprendido que, quién sabe si por suerte o no, nada de eso que he visto es para mí la Navidad. Que siempre me había gustado porque lo asociaba al enorme calor que dan los abrazos de los familiares, a la alegría de estar todos juntos. He comprendido que lo que yo llamaba Navidad, lo puedo tener un 24 de abril o un 17 de agosto.

Y habrá más gambas, alguna que otra sonrisa para que los más pequeños no noten nada y seguramente una cantidad de regalos parecida a la de siempre. Pero no habrá Navidad. Ni para mí, ni para toda la gente que he podido ver estos días entre los pasillos blancos, con los nervios a flor de piel, las lágrimas intuyéndose y miradas vacías. Esos que vagan esperando una respuesta y confiando en que en estas fechas no pueda pasar nada malo. Porque estoy segura que ellos no piensan en las gambas mientras están sentados frente a esa fría cama de hospital.



" aunque dura de corazón, no lo dudes, tiene penas "
Platero y tú

No hay comentarios: