Desde que la conocí algo me dijo que era especial. Había una luz en sus ojos verdes que inspiraba confianza. Su voz temblorosa dejaba entrever una timidez construida durante dieciocho años. Y poco a poco, el paso de los días me demostró que había mucho por descubrir. Que merecía la pena seguir indagando en su forma de ser. Cada historia me recordaba a hechos pasados. Cada lágrima derramada me impulsaba a secar su cara. Y ahora, casi tres años después, aún consigue sacar de mí lo mejor que puedo ofrecer.
"Suavemente al vaivén de las olas del mar..."
Albert Plá
21 enero 2009
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