Se puso sus zapatos nuevos, esta vez eran de color azul marino. Salió a la calle corriendo, ni siquiera miró si algún coche pasaba por allí en ese momento. Aunque las zancadas eran muy pequeñas avanzaba a gran velocidad hacia la otra punta de la calle. Sonreía, hoy no se tenía que quedar castigada por no comerse el arroz. Y mientras anochecía, sólo se preocupaba de coger a tiempo la pelota cada vez que en "Declaro la guerra" alguien decía "Brasil", pues era el país que se pedía siempre o al menos cada vez que los mayores le dejaban elegir ése. No había miedos, no había dudas, no había problemas. Era muy, muy feliz.
" Y, ¿qué más da si vuelvo antes de llegar? "
Albertucho
04 septiembre 2009
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